La paranoia es esa sensación o enfermedad mental que nos lleva a creer que lo falso es verdadero. La paranoia puede ser una enfermedad, como en el caso de esas personas que creen que las persiguen pero que no es verdad. O bien puede ser el resultado de la insociabilidad, como pasa en esas personas insociables que cuando salen a la calle se creen que todo el mundo los mira raro y se creen que los demás lo toman por raro. Incluso a veces pienso que hay sociedades enteras paranoicas. Estados Unidos a veces ha sido una sociedad candidata a sociedad paranoica, porque como sus gentes a veces no se hablan ni entre los vecinos, pues al final sus cerebros los traicionan y unos vecinos terminan pensando mal de los otros. Y es que una vez me sorprendió mucho la afirmación de un sociólogo estadounidense que decía que en USA se vivía dentro de casa y no en las calles, como en España o en Iberoamérica. Y para demostrar esto pusieron unas fotos de las calles y de los barrios americanos, en donde había edificios, coches, parques… ¡Pero apenas había gente! Casi parecía fotos de una ciudad fantasma. Y si las personas de USA han caído a veces en esta especie de paranoia nacional (hasta el punto de ver enemigos y “terroristas” por todos los lados) es por lo dicho: la insociabilidad puede producir paranoia, puede producir pensamientos oscuros, obsesivos, insistentes, y sobre todo, irreales y de creerse que los demás conspiran en tu contra. En este artículo, personas paranoicas versus personas sociales
No más política, pero sí ideales
He estado leyendo un interesante artículo sobre el movimiento independentista de Cataluña. Me ha hecho gracia algunas cosas. Además he aprendido que la paranoia está fuertemente anclada a la vida política. Pues resulta que a pesar de lo que dicen muchos políticos catalanes, el 80% de los españoles no catalanes estaría a favor de una futurible independencia de Cataluña, eso sí, cumpliendo la estricta condición de que se debería convocar un referéndum a nivel catalán; y que en ese referéndum debería de salir un sí claro por mayoría absoluta (este apoyo no quita que a los españoles no catalanes este proceso lo juzguen como muy doloroso y muy perjudicial para las dos partes). Me ha hecho gracia algo que decía el estudio respecto a la actitud de los españoles no catalanes en cuanto a todo esto del aparente resurgir del independentismo catalán. Y es que según parece, la mayoría de los españoles no terminan de entender cuales son esos agravios que inflige España a Cataluña y que tienen a los catalanes tan enfadados y tan pendientes de intentar conseguir la independencia para escaparse al fin de esos agravios. Me resulta muy graciosa la actitud de los españoles no catalanes hacia el proceso soberanista que se intenta iniciar en Cataluña, como no sabiendo qué le han hecho ellos a los catalanes y como preguntándose qué podrían hacer ellos para al final dejar de jorobar tanto a los catalanes si es que de verdad los están jorobando. Es como si cuando vamos por la calle vemos a lo lejos a un policía con un señor a su lado y el señor nos señala a nosotros y parece dirigirse con el policía hacia nosotros. Al final el señor y el policía llegan hasta nosotros que caminábamos tranquilamente por la calle, y el señor nos sigue señalando, y le dice al policía:
“¡Agente, es ese, es ese…!”.
Pero nosotros incrédulos, sólo acertamos a decir:
“¿Que soy yo quién…? ¿Qué se supone que he hecho…?”.
Y sin mediar palabra el policía procede a detenernos, ante nuestra suplicia de que nosotros estamos completamente dispuestos a responder por nuestros actos si es que hemos hecho algo malo. Pero que por favor nos digan qué es eso tan malo que se supone que hemos hecho. La política es paranoica en gran medida, por eso yo desde hace mucho tiempo no publico en mi blog artículos de “Crítica Social” como al principio. Pero no es sólo por eso… Yo antes también era un paranoico, y todo tiene que ver con los más de 10 años completamente aislado del mundo que me he pasado debido a mi fobia social.
Paranoia en sociedad y en solitario
Como hemos dicho al principio, la paranoia puede ser parte de una enfermedad del tipo de la esquizofrenia, depresión… o similares. Pero la paranoia a veces surge debido a nuestro aislamiento social de otras personas. A veces en grupos determinados, se machaca al personal con ideas delirantes, insistentes, repetitivas, y equivocadas. Al final, los miembros de estos grupos terminan sugestionándose los unos a los otros, y todos termina por creer que el mundo se acaba pero que ellos se salvarán de este anunciado Apocalipsis mediante unas naves espaciales que están escondidas en unos graneros y cuyo billete para subir a ellas sólo nos ha costado poner nuestro pisito a nombre del “Gran Líder” además de una domiciliación de 500 euros al mes en concepto de reserva anticipada en la nave. Por tanto, dejando a un lado la paranoia como enfermedad, la paranoia puede surgir de dos grandes formas:
1. En entornos sociales en donde se nos machaca con ideas delirantes para conseguir dominarnos. Esta técnica es muy usada por las sectas, pero también se usa mucho en la política.
2. En soledad, debido a que cuando no socializamos con otros, empezamos a crear nuestro mundo propio en nuestra imaginación, en donde puede haber también ideas delirantes o falsas.
Yo en mi periplo por cerca de 10 años de soledad, me creé mi mundo propio en donde había un montón de ideas que podrían resultar chocantes al común de los mortales socializados. ¿Es que yo era un loco entonces? Nada más lejos, simplemente cuando pasas mucho tiempo solo y sin ser una persona socializada, pues tu cerebro se monta su mundo por su cuenta, un mundo que no es compartido por nadie más que nosotros. Pero es muy importante vivir en el mundo que viven los demás, porque es mala idea montarnos un mundo en nuestra cabeza por nosotros solos si queremos adaptarnos a la sociedad y prosperar en ella.
Conclusión sobre personas paranoicas versus personas sociables
Por eso mismo es tan importante estar socializados. Sí, caemos en el peligro de que la sociedad nos inocule ideas falsas y que reventarán por su propio peso con el tiempo. La dulce burbuja, como podemos llamar a esa época de los últimos años en donde se produjo un crecimiento económico insostenible en España basado en la especulación inmobiliaria, es una buena muestra de ello (yo desde mi paranoia sí me di cuenta de que eso se iba a desmoronar acabando con las ilusiones de mucho ilusos….). Pero aún así, es más adecuado intentar vivir mentalmente en el mundo de los vivos y de los cuerdos, porque incluso sin dejar de ser personas críticas, esa es una buena manera de adaptarnos mejor a la sociedad y de este modo, poder tener mejores oportunidades y una mejor vida. Sí, los genios viven en su mundo, Newton, Einstein, Cavendish, Nietzsche, pero ni uno de los nombrados pudo ser feliz completamente en vida por su peculiaridad de ser genio y de ver más allá que los demás (quizás exceptuando a Einstein, que era el único medianamente sociable de los cuatro…). A ese precio no merece la pena ser un genio. Y se puede mantener ese mundo “de la verdad” y del conocimiento sin renunciar a estar a su vez en el mundo de los cuerdos y de la sociedad. A veces el genio es paranoico e insociable. Pero ya digo que no merece la pena ser un genio a tan alto precio.
En mi experiencia personal, después de 10 años de insociabilidad, tuve que aprenderme como son la cosas en ese mundo común de la sociedad. Al principio, por ejemplo, yo tuve bastantes fracasos con mujeres, en citas a ciegas, con chicas que empezaba a conocer o por Internet o de verdad. ¿Por qué? Por que yo estaba flipado y tenía unas ideas en mi cabeza que no eran compartidas por los demás miembros de la sociedad. Mi “flipe” no es una enfermedad (no padezco ninguna enfermedad mental por si alguien dudaba…), si no algo causado por haberme mantenido tanto tiempo solo y sin poder contrastar la información de mi mundo con la información de los demás. Cuando empecé a integrarme en el mundo de los demás… pues poco a poco mi paranoia se fue deshaciendo. Y al final, empecé a conseguir, ahora sí, mis primeros éxitos con chicas… pues ellas ya me veían “normal” y veían que me comportaba de forma normal y no como un fóbico social paranoico que creía que los demás lo trataban de raro o lo que sea.
Para entender más de cómo volver a la gente después del periplo por el desierto de la insociabilidad, recomendamos nuestro e-book Los Pilares de la Seducción.